Todas las chicas en la Discoteca le conocían a él, y él las conocía a ellas.

Lobezno era un depredador sexual y solía actuar del mismo modo: Guapa – Normal – Fea; guapa – normal – fea.

Lo había intentado con todas: La Cenicienta, la Bella Durmiente, Grettel, incluso le tiraba los tejos a la pobre Caperucita.

Siempre caía alguna. Aquella tarde se la dedicó a la hermanastra mayor de Cenicienta. Era fea de cojones, y además, gordita.

Pero Logan, pese a sus pulsiones lobunas, decidió dedicarle una oportunidad.

Ella decía que se sentía sola y que él le caía muy bien.

Tras aparcar el coche en un camino de montaña, ella le hizo la mejor felación de toda su vida.

“ESTO TAMBIÉN  ES  AMOR”, pensó ella... “AMOR  CANALLA”, pensó él.