Un extraño en la cocina María Fernanda Cabrera Sosa

Estaba lavando a la orca, cuando pasó muy cerca de mi cara. Era un ser oscuro y diminuto. La orca bebé se movía inquieta. El nuevo habitante de la cocina le molestaba. Mientras me perdía en la curiosidad que me daba observar la gran cantidad de ojos que tenía, me sorprendía mucho el notar que eran como los míos, pero en grandes cantidades; las alas diminutas y el sonido de su vuelo me enajenaron. La mini orca saltó al lavadero y lo devoró. Su vida fue corta y mi perplejidad eterna. No es recomendable lavar orcas en la cocina.






Ilustración: Heriberto González "Coctecón"